Esta semana viví un día raro, pero intenso, muy muy intenso...a ver cómo ordeno todo...
Se ha celebrado la 1ª jornadade Huelga de Padres de Alumnos y tanto el padre de mi hijo como yo hemos podido y decidido que el nuestro no pisaba el cole.
Esa mañana le recogí de casa de su padre, le traje a mi casa mientras que yo me arreglaba para asistir a un "evento" de trabajo donde estaba obligada a hacer acto de presencia, pero antes tenía que pasar por el dermatólogo en pleno centro de Madrid, con sus atascos y colapsos correspondientes a las 12 de la mañana.
Al ser una zona céntrica me tocó colocar el pertinente ticket de aparcamiento: 1,20€ ni 40 minutos...
Entré y al sentarme en la sala de espera ví salir de la consulta al Dr con el último paciente y meterse en la sala de curas. Mi cita era a las 12:20, pero eran las 12:25, vale, no había sido muy puntual, pero en la recepción me había tocado esperar pacientemente por un Señor bastante mayor que no atinaba a quedarse con fechas y horas para posteriores citas.
A las 12:40, un poco mosca, le pregunté a la señora que tenía a mi lado si iba al mismo médico que yo, puesto que si su turno era anterior al mío, aún me quedaba más tiempo de espera...
A las 12:50 por fiiiiiiiiin volvió a la consulta y apareció mi turno en la pantalla... ¡viva!¡viva!¡viva! Solo me quedaban 4 minutos para que pasasen los de la hora a ponerme una multa por estar aparcada sin ticket vigente...¡¡¡¡¡OLE!!!!!
Entré a la consulta y nada más sentarme me dice:
"¿Por qué no acudió a la última cita? Es un comportamiento irresponsable y carente de seriedad"
He de explicar que la última vez que acudí a la consulta de este Señor llgué al minuto de que él se hubiera marchado, puesto que me pilló un atascazo de 3 pares de cojones y logré llegar 10 minutos más tarde de la hora en la que tenía la cita, este día me tocó a mí esperar más de 30 minutos, casi 40 y ¿Tengo que aguantar que me peguen una puta charla porque la última vez que fui no pude llegar a tiempo?
INSPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR....ESPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARR.....INSPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAR....
ESPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRR....
Como el Señor insistía y no atendía a mi razonamiento ni era capaz de darse cuenta que a mí me había tocado esperar NO 10 minutos, sino ¡¡¡¡¡CASI 40!!!! Y estaban a punto de ponerme una multa, le rogué que fuéramos al grano y que no había estado esperado para que me regañasen como si fuese una quinceañera, puesto que había ido además a otro especialista que me ha dicho que todo estba en orden.
Al fin me reconoció y me mandó un par de cremitas y salí de su consulta pensando que no volvería jamás, claro está.
Cogí mi cochecito y me fuí a las afueras de Madrid a hacer el gilipollas un rato. De camino me reí porque me encontré con un escaparate totalmente absurdo de una tienda de extintores, he aquí la prueba, aunque la hice desde el coche y no ha quedado muy allá...
Llegué al lugar y después de acreditarme entré y para variar me pregunté a mí misma...¿Pero qué coño haces tú aquí? La respuesta era sencilla, el día anterior mi jefe me dijo, te pasarás por el evento mañana, ¿verdad?
Acerté, puesto que llegué en el mejor momento, casi las 2 de la tarde y recién empezado el catering. Tortillas de patata (prefabricadas, que no precociandas), mini trozos de morcilla cubiertos de tempura (que queda más chic y refinado), esas brochetas absurdas que no se come nadie de tomates con queso, bandejas de mini sandwiches, mini de tó...y algo imposible de comer de pié, con la birra en una mano, el bolso y la chaqueta en la otra..."Paella y Fideguá"...Te dan un plato ridículo, donde no caben ni 3 granos, eso sí, el tenedor no lo hay más grande, que cuando quieres coger el arroz se te escapa entre diente y diente... (del tenedor, que a la boca no llega ni uno) Mientras, saludas a uno, a otra, a un jefe (a la vez te brillan los labios de estar intentando comerte los granos de arroz del demonio que no llegan a pasar de los labios, porque antes de entrar se caen al suelo, esa moqueta es la que más comió, porque ¡yo no!)
Saludas a los compis, te presentan a fulano y mengano, que si les vuelvo a ver a los 2 minutos, tengo la impresión de que no los he visto antes en mi vida...tengo memoria de pez con los nombres, no es que sea tonta, que lo soy, es que no me interesan...
Luego por otra parte me da pena pensar en la cantidad de pasta que se gasta una empresa para nada, porque es gastar en la NADA, ver a tíos que ganan cantidades obscenas de pasta pegándote codazos para pillar una croqueta, que les pongan la paella a ellos primero o verles disfrutar quitándote la última cerveza que quedaba en la bandeja del camarero que acaba de pasar delante de tus narices
¡TRISTES!
Este nivel de patetismo y mezquindad aumenta de manera totalmente proporcional a la cantidad de dinero y poder que ostentan.
¡ME ENCANTA SER POBRE! (Porque es donde más cómoda me siento)
Después de estar un rato rodeada de extraños al fin me fuí con mi depósito de gasolina tiritando hasta la otra punta de Madrid, mi casa. Llegué de puta coña, pero lo conseguí. Cambié el vestido, la chaqueta y los tacones por unos vaqueros, playeras y mi camiseta "verde" y me encaminé al colegio de mi hijo a una reunión de padres de alumnos, que casualmente estábamos en huelga, extraña coincidencia...
Continúa en la siguiente entrega...
Se ha celebrado la 1ª jornadade Huelga de Padres de Alumnos y tanto el padre de mi hijo como yo hemos podido y decidido que el nuestro no pisaba el cole.
Esa mañana le recogí de casa de su padre, le traje a mi casa mientras que yo me arreglaba para asistir a un "evento" de trabajo donde estaba obligada a hacer acto de presencia, pero antes tenía que pasar por el dermatólogo en pleno centro de Madrid, con sus atascos y colapsos correspondientes a las 12 de la mañana.
Al ser una zona céntrica me tocó colocar el pertinente ticket de aparcamiento: 1,20€ ni 40 minutos...
Entré y al sentarme en la sala de espera ví salir de la consulta al Dr con el último paciente y meterse en la sala de curas. Mi cita era a las 12:20, pero eran las 12:25, vale, no había sido muy puntual, pero en la recepción me había tocado esperar pacientemente por un Señor bastante mayor que no atinaba a quedarse con fechas y horas para posteriores citas.
A las 12:40, un poco mosca, le pregunté a la señora que tenía a mi lado si iba al mismo médico que yo, puesto que si su turno era anterior al mío, aún me quedaba más tiempo de espera...
A las 12:50 por fiiiiiiiiin volvió a la consulta y apareció mi turno en la pantalla... ¡viva!¡viva!¡viva! Solo me quedaban 4 minutos para que pasasen los de la hora a ponerme una multa por estar aparcada sin ticket vigente...¡¡¡¡¡OLE!!!!!
Entré a la consulta y nada más sentarme me dice:
"¿Por qué no acudió a la última cita? Es un comportamiento irresponsable y carente de seriedad"
He de explicar que la última vez que acudí a la consulta de este Señor llgué al minuto de que él se hubiera marchado, puesto que me pilló un atascazo de 3 pares de cojones y logré llegar 10 minutos más tarde de la hora en la que tenía la cita, este día me tocó a mí esperar más de 30 minutos, casi 40 y ¿Tengo que aguantar que me peguen una puta charla porque la última vez que fui no pude llegar a tiempo?
INSPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR....ESPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARR.....INSPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAR....
ESPIRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRR....
Como el Señor insistía y no atendía a mi razonamiento ni era capaz de darse cuenta que a mí me había tocado esperar NO 10 minutos, sino ¡¡¡¡¡CASI 40!!!! Y estaban a punto de ponerme una multa, le rogué que fuéramos al grano y que no había estado esperado para que me regañasen como si fuese una quinceañera, puesto que había ido además a otro especialista que me ha dicho que todo estba en orden.
Al fin me reconoció y me mandó un par de cremitas y salí de su consulta pensando que no volvería jamás, claro está.
Cogí mi cochecito y me fuí a las afueras de Madrid a hacer el gilipollas un rato. De camino me reí porque me encontré con un escaparate totalmente absurdo de una tienda de extintores, he aquí la prueba, aunque la hice desde el coche y no ha quedado muy allá...
Llegué al lugar y después de acreditarme entré y para variar me pregunté a mí misma...¿Pero qué coño haces tú aquí? La respuesta era sencilla, el día anterior mi jefe me dijo, te pasarás por el evento mañana, ¿verdad?
Acerté, puesto que llegué en el mejor momento, casi las 2 de la tarde y recién empezado el catering. Tortillas de patata (prefabricadas, que no precociandas), mini trozos de morcilla cubiertos de tempura (que queda más chic y refinado), esas brochetas absurdas que no se come nadie de tomates con queso, bandejas de mini sandwiches, mini de tó...y algo imposible de comer de pié, con la birra en una mano, el bolso y la chaqueta en la otra..."Paella y Fideguá"...Te dan un plato ridículo, donde no caben ni 3 granos, eso sí, el tenedor no lo hay más grande, que cuando quieres coger el arroz se te escapa entre diente y diente... (del tenedor, que a la boca no llega ni uno) Mientras, saludas a uno, a otra, a un jefe (a la vez te brillan los labios de estar intentando comerte los granos de arroz del demonio que no llegan a pasar de los labios, porque antes de entrar se caen al suelo, esa moqueta es la que más comió, porque ¡yo no!)
Saludas a los compis, te presentan a fulano y mengano, que si les vuelvo a ver a los 2 minutos, tengo la impresión de que no los he visto antes en mi vida...tengo memoria de pez con los nombres, no es que sea tonta, que lo soy, es que no me interesan...
Luego por otra parte me da pena pensar en la cantidad de pasta que se gasta una empresa para nada, porque es gastar en la NADA, ver a tíos que ganan cantidades obscenas de pasta pegándote codazos para pillar una croqueta, que les pongan la paella a ellos primero o verles disfrutar quitándote la última cerveza que quedaba en la bandeja del camarero que acaba de pasar delante de tus narices
¡TRISTES!
Este nivel de patetismo y mezquindad aumenta de manera totalmente proporcional a la cantidad de dinero y poder que ostentan.
¡ME ENCANTA SER POBRE! (Porque es donde más cómoda me siento)
Después de estar un rato rodeada de extraños al fin me fuí con mi depósito de gasolina tiritando hasta la otra punta de Madrid, mi casa. Llegué de puta coña, pero lo conseguí. Cambié el vestido, la chaqueta y los tacones por unos vaqueros, playeras y mi camiseta "verde" y me encaminé al colegio de mi hijo a una reunión de padres de alumnos, que casualmente estábamos en huelga, extraña coincidencia...
Continúa en la siguiente entrega...
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